El otro día estaba trabajando en la computadora con mi hijo. «¿Cuál es tu contraseña?» le pregunté.
«Sigue adelante,» dijo. «Es mi contraseña para todo.» Sigue adelante. Sigue adelante. Confieso que tuve un momento de orgullo paterno cuando me di cuenta que mi hijo estaba aprendiendo cuán
tremendamente importantes son esas dos palabras para el éxito en la vida.
La palabra bíblica para «sigue adelante» es resistencia o aguante — la capacidad para no flaquear bajo
la presión. Nada es más esencial para el éxito en la vida cristiana que eso. La fe te hace arrancar, pero la perseverancia te mantiene en marcha y en la lucha.
Este asunto de la perseverancia es de una importancia tan crítica cuando se sigue a Jesús que Santiago
1:2-4 nos dice que por encima de todas las demás características humanas, la perseverancia es la que Dios quiere incorporar en nuestras vidas. La perseverancia es aquello que con el tiempo— te
hará «perfecto y completo, sin que te falte nada» (v.4). Claro entendemos perfecto como maduro.
¿Qué haces cuando la presión continúa? Es fácil comenzar una carrera, pero cuando los kilómetros pasan
chasqueando y tus músculos se cansan, se vuelve tentador renunciar. Es fácil ponerse un vestido blanco o un esmoquin y ponerse delante de la iglesia, pero un matrimonio duradero demanda trabajo.
Es fácil decir una oración o caminar hacia el altar, pero continuar siguiendo a Jesús — eso demanda aguante. Si Dios puede poner perseverancia en tu
vida, puede darte todo lo demás.
¿Por qué tantos cristianos se paralizan o se estancan en su fe? ¿Por qué tantas rupturas en las
relaciones revelan un patrón de conflictos no resueltos? ¿Por qué tantos cristianos dan vueltas alrededor de los mismos defectos en su carácter y conducta una y otra vez? Porque cuando vienen los
momentos difíciles, sus pies avanzan en la dirección equivocada. Eligen un cambio de escenario por encima de un cambio de corazón. ¡Muchos se rinden, abandonan la Palabra y dejan de avanzar en su
fe!
El soportar diario y con constancia es el conducto por el cual fluye toda virtud piadosa. No hay nada
bueno que Dios traiga a la vida cristiana si no es por medio de la transformación con la Palabra y que Él lo logra con tu perseverancia. ¡Sigue adelante!
Recordemos: Que Dios siempre nos provee la fortaleza que necesitamos para perseverar.
(Ef. 6:10) - Autor: Escritores de nuestro Pan Diario.
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